miércoles, 28 de diciembre de 2011

Capítulo 3: El busca del Rosa Parte 1

En Japón...
Hippo: ¡No puede ser! ¡No puede ser! ¡Luchia no aparece! ¡Va a ser el fin!
Hanon: Tranquilo Hippo, desde que desapareció no has dormido, eso te debe estar afectando mucho...
Rina: Hanon tiene razón. Ya buscaremos nosotras, tú descansa.
(La narradora es Hanon) Hippo llevaba histérico un par de días, y Kaito no se había dignado a aparecer desde la desaparición de Luchia. Todos nos preguntábamos: ¿Tendrá él algo que ver? Era posible... Antes de desaparecer, Luchia y Kaito llevaban peleandose todo el día, desde que amanecía, hasta que el Sol se ocultaba tras la montañas del oeste. En ese momento alguien tocó el timbre. Rina fue a abrir.
(Rina) Abrí la puerta, y no me imaginaba quién era. Kaito estaba delante de mí. Llevaba puesto su traje de surfista. aunque estaba roto. Calló encima de mí desmayado y yo lo cogí para que no se hiciera daño. Llamé a las demás, pero solo acudió Hanon. Entre las dos lo llevamos a una habitación libre.
(Coco) Me despertó el ruido del timbre. Me caí del sofá donde estábamos dormidas Karen, Noel y yo. Las dos se despertaron con mi caída.
Karen: Solo un poquito más...
Noel: ¿Dónde estoy? ¿Ha aparecido ya Luchia?
Coco: No, por desgracia. Ha sonado el timbre. Será mejor que vayamos a ver.
Bajamos y vimos que solo estaba Hippo.
Hippo: ¡Ha aparecido el huma... Kaito! ¡Hanon y Rina lo han subido a una habitación!
Subimos las escaleras del hotel Perla y entramos en una habitación, la única abierta del primer piso. En la cama estaba Kaito insconciente, y a su lado estaban Hanon, Rina y Seria medio dormida.
Karen: ¿Qué ha pasado?
Seira: Pues yo estaba en mi reino y de repente me coronan y....
Entonces Seira se quedó durmiendo, parecía un angelito. Lo que estaba contando era su sueño.
Rina: Otra que cae...
(Noel) Tomé a Seira y la acosté en el sofá de la habitación. Después mi hermana le puso una manta para que estubiera calentita.
Coco: ¿Sabeis algo de Luchia?
Hanon: Me temo que no...
(Karen) Hanon bajó la cabeza. Todas estábamos en silencio. Parecía que estábamos en un funeral o algo semejante. Cuando ya ninguna esperaba ningún sonido y nos disponíamos a salir de la habitación, pasó algo totalmente inesperado:
Kaito (se levanta de la cama y empieza a andar por la habitación, aunque no puede mantenerse en pie): Luchia... Tengo que buscarla...
Noel: ¡No! Debes descansar...
(Hanon) Entre todas lo acostamos de nuevo. Intentó levantarse un par de veces más, pero nosotras lo paramos. Nikora llegó con un botiquín y lo puso en la mesita. Detrás de ella estaba Madame Taki.
Madame T.: Vamos, chicas dejadle sitio.
(Rina) Salimos durante un ratito al pasillo y cuando Nikora salió empezó a hablar.
Nikora: Kaito está bien. Afortunadamente solo necesitaba algo de comer, debe llevar días sin hacerlo...

(Seira) Me desperté a media noche. Llevaba casi 24h durmiendo y ahora no tenía nada de sueño. Encendí la luz de la habitación y me pegué el mayor susto de mi vida. Allí estaba Kaito, totalmente dormido y con el traje de surfista. Me tapé la boca para no gritar y me quedé parada. Decidí acercarme y así lo hice. Me quité los zapatos y de puntillas e intendo hacer el mínimo ruido posible me acerqué a él. Le toqué la nariz, ya que empezaba a pensar que no estaba vivo. Él se movió y yo di un paso hacia atrás. Asustada fui hacia la puerta cuando de repente...
Kaito (en sueños): Luchia, lo siento mucho. Yo no quería decirte eso... Lo dije sin pensar. No te vayas, ¡no te vayas por favor Luchia!
Entonces se despierta y se levanta. Me puse delante de la puerta para impedir que continuara andando, estaba muy grave. Kaito seguía avanzando hacia la puerta y cuando llegó se frenó.
Kaito: Seira, por favor. Tengo que buscarla. ¡Está en peligro!
Seira: No puedo, lo siento...
Agacho la cabeza. Después oígo sus pasos e imagino que se dirige a la cama rendido. Cuando levanto la cabeza veo que está en la ventana. Me mira, sonríe y pone los dedos en forma de V. Pone los dedos en su frente y los separa rápidamente en forma de despedida. Después se da la vuelta y se tira, ¡se tira! Corrí a la ventana y miré buscándolo. Lo vi correr hacia el mar y pensé en tirarme yo también, pero tenía miedo, así que...
Seira: ¡¡Kaito se va!! ¡¡Se escapa!!
Creo que desperté a todo el hotel, pero no me importaba.
Miré otra vez y vi a todas las demás salir corriendo tras él en pijama. Hippo gritaba y gritaba cosas que no pude entender y las luces del jardín se encendieron. Pude observar, cuando las luces estaban encendidas, que Coco se había tropezado y estaba en el suelo. Me reí. No pude evitarlo. 
Bajé las escaleras a toda prisa y esquivé a Hippo. Alcancé a las demás (como se nota que era la más joven y la que mejor en forma estaba :-]). Vi a Kaito tirarse al agua, no podía creer lo que vi justo después...

martes, 27 de diciembre de 2011

Capítulo 2: Conociendo el Pueblo Parte 2

Salimos y vimos el paisaje nevado. Hacía frío, muuucho frío.Miré a Anthony mientras hablaba con su padre en la puerta. Anthony me señaló, yo sonreí y su padre me devolvió la sonrisa. Después asintió. Anthony fue a mi lado y me dijo que iríamos de norte as sur. Desde la plaza habían montones de caminos. Él fue por el más estrecho, yo lo seguí.
Anthony: Te voy a llevar al mirador para que veas todo el pueblo. Ya verás, ¡las vistas son preciosas!
Luchia: Eso espero. Además las vistas desde aquí también son muy bonitas.
Eran preciosas, si...
Miré todas las casas que habían allí. Estaban hechas de piedras, y según Anthony, por dentro eran de madera, para no dejar pasar el frío. Los tejados estaban muy inclinados y llenos de nieve.
Por fin, llegamos al mirador. Anthony tenái razón, ¡las vistas eran preciosas! Era un paisaje totalmente nevado, con algún que otro tramo de padro. Pero muy pequeño.
Anthony: ¿Bajamos ya?
Luchia: De acuerdo.
En esa tarde vimos todo el pueblo: el paseo marítimo, la iglesia, el antiguo templo y la catedral. Al final llegamos a una cafetería.
Anthony: ¿Quieres algo?
Luchia: Es que no llevo dinero...
Anthony: No importa, yo lo pago.
Luchia: Es que, no sé...
Anthony: Tranquila. No sé si te lo he dicho, pero mi familia es la más adinerada del lugar, y me acaban de dar la paga.
Luchia (juntando los dos dedos índices delante de mi cara): Si insistes... Me gustaría pedir un chocolate caliente.
Anthony pidió dos y cuando los trajeron empezamos a hablar.
Anthony: ¿Cuántos años tienes?
Luchia: Catorce, ¿y tú?
Anthony: Los mismos. ¿De dónde eres?
Luchia: No sabría decirte, soy de aquí y de allá.
Anthony: Ya... em... ¿tienes novio?
Luchia: Prefiero no hablar de eso... Dejemoslo en un no.
Anthony: Interesante... ¿hermanos?
Luchia: No, ¿y tú?
Anthony: Un hermano pequeño de diez años.

Ya sé que los capis son cortos, pero sino, se os harían muuuy pesados.
Avance del siguiente cap.:
Las demás princesas buscaran a Luchia, junto con los demás. ¿La encontraran? ¿Qué se descubrirá acerca de Kaito y Luchia? Todo en el siguiente cap. ¡No os lo perdais!

lunes, 26 de diciembre de 2011

Capítulo 2: Conociendo el Pueblo Parte 1

Bajé las escaleras. Lidia me esquivó bruscamente. Fui a donde estaba Clara y me quedé plantada. Estábamos calladas, pero ella rompió el silencio.
Clara: ¿Por qué no visitas el pueblo? El médico ha llamado y no podrá ir a hacerte una revisión hasta mañana.
Luchia: Es que... hace frío y tan solo tengo esta chaqueta de momento.
Clara: Tú por eso no te preocupes, la ropa que le viene pequeña a Lidia te puede venir a tí. Sígueme.
La seguí. Subimos al tercer piso, y abrió una puerta. En la pequeña habitación había montones de ropa y trastos por doquier. Clara cogió una caja y sacó toda la ropa. Había de todo: camisetas, chaquetas, botas...
Clara: Coge lo que más te guste. No hay guantes, ni tampoco bufandas así que deberás ir a comprarlos a la tiemda del pueblo.
Luchia: Gracias (mi ropa... ¬¬).
Cogí lo que más me gustó y entré en "mi" habitación. Salí vestida con unos pantolones de pana color crema, una camiseta rosa claro de cuello alto y manga larga, mis inseparables botas rojas, un chaquetón negro con pelo por dentro (¡qué calentito!) y un gorro fucsia.
Clara: ¡Cómo imaginaba! A pesar de tener la misma edad que Lidia, la ropa que ahora le viene pequeña a tí te viene perfectamente.
Lidia: ¡Clara! ¿Me estás llamando gorda?
Lidia apareció por las escaleras.
Clara: No, solo estoy llamando delgada a Luchia.
Lidia entró en su cuarto con un portazo. Clara me dio unas monedas y me dijo que para ir a la tienda debía de ir recto y al llegar a una plaza buscar un cartel en el que pusiera: "Todo, todito, todo".
Seguí sus indicaciones y entré en la tienda.
Luchia: Hola.
Anthony (dándose la vuelta) : Hola. ¿Luchia?
Luchia: En carne y hueso.
Anthony: ¿Qué haces en la tienda de mis padres?
Luchia: Vengo a por unos guantes y una bufanda.
Anthony se dio la vuelta y cogió unos guantes que iban a juego con una bufanda. Las dos cosas eran fucsias, como el gorro.
Anthony: Aquí tienes.
Cuando cogió los guantes nuestras manos se juntaron y él se sonrojó. Dejé las monedas justas sobre la mesa y me despedí.
Anthony: Em... ¿vas a ir mañana a ver la lluvia de estrellas a la playa?
Luchia (dándome la vuelta): ¿Lluvia de estrellas?
Anthony: Sí, es mañana por la noche.
Luchia: Sí. Iré.
Anthony: ¡Perfecto! ¿Qui-quieres venir conmigo?
Luchia: ¿Por qué no?
Me di la vuelta y susurré: ¡Bien!
Anthony: ¿Ahora adonde vas?
Luchia: Voy a conocer un poco el pueblo. Seguramente me pierda, pero bueno... da igual.
Anthony: Si quieres te lo puedo enseñar yo, he nacido y crecido aquí.
Luchia: Si quieres...
Anthony se abrigó y salió afuera conmigo.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Capítulo 1: Islandia Parte 2

"¿Yo? ¿Robar un banco? ¡Ni de broma! Sinceramente ya no sé que hacer. Quizás había aceptado demasiado rápido... Quizás debía volver a casa. Pero... ¿esa cosa volvería a atacarme? Seguramente." pensé.
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Esa niñata... Quiero decir Luchia, llegó a casa de mi abuela de esa forma. Me sigue callendo horriblemente mal, aunque ahora mi vida depende de ella (ya llegaremos a esa parte). Bueno, para que os vayais enterando un poco más: estamos contando lo que sucedió antes de estar aquí (ya os contaré donde estamos), porque si no no os esteráis de nada.
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Dejemos los comentarios de Lidia a un lado.
Alguien tocó la puerta de la casa. Me asomé por la ventana y una ráfaga de aire frío entró. Miré hacia abajo y vi a un chico moreno, al que Lidia abrazó hasta casi ahogarlo. Después entró y detrás de él otro chico rubio muuuuy guapo. Subieron las escaleras y empezaron a hablar delante de la puerta de "mi" habitación. Puse la oreja para escuchar lo que decían (que cotilla... ¬¬).
Moreno: Mi padre vendrá en seguida para ver si la chica tiene alguna enfermedad.
Clara: Gracias. Menos mal que tu padre esta tarde no tenía consulta.
Entonces se oyeron los pasos de Clara. Sin duda había bajado al piso de abajo.
Lidia: Enrique...
Enrique (el moreno): ¿Qué quieres cariño?
Lidia: Nada... Solo quería oirte llamarme cariño...
Enrique: (Suspiro de enamorado)
Rubio: ¿Podemos ver a la chica?
Lidia se puso seria.
Lidia: Claro Anthony (Pronunciado Anzoni).
Me quité de la puerta rápidamente y me senté en el escritorio. Empecé a cantar mi canción, después me callé al oír la puerta abrirse. Saqué una libreta que encontré en un cajón y un bolígrafo. Empecé a escribir mi nombre. Me di la vuelta y me hice la sorprendida (no te digo ¬¬).
Impresiones:
Miré a la chica, era guapa, pero no tanto como mi querida Lidia...
¡Te quiero!
¡Y yo a tí!
Esta no la va a ver nadie solo vosotros y yo. Mi impresión fue... (suspiro). Me enamoré. Esa chica era guapísima, y su voz era preciosa. Todo en ella era perfecto... Amor a primera vista...
Luchia: Hola.
Lidia y Enrique: Hola.
Anthony: Ho-hola.
Lidia y Enrique se miraron y luego miraron a Anthony. Enrique sonrió, mientras que Lidia se quedó más seria de lo que estaba. Me levanté y me acerqué a ellos. Anthony se sonrojó y yo le di la mano (¡Que formal que es! ¡Me encanta eso también en ella!) Anthony estiró la mano y temblando me dio la mano.
Luchia: Yo soy Luchia.
Anthony: Y-yo soy Anthony.
Sonreí (¡Qué bonita sonrisa!).
Enrique: Será mejor que nos vayamos...
Cogió a Anthony y salió. Después bajaron las escaleras y salieron. Lidia despidió a Enrique con un beso, mientras que a Anthony ni siquiera lo miró.
Islandia, bonita Islandia...

jueves, 8 de diciembre de 2011

Capítulo 1: Islandia Parte 1

Yo nadaba, nadaba tan rápido como mi cola de sirena me permitía nadar. Llevaba nadando muchos kilómetros y esa cosa seguía tras de mí. Quería huir, llegar hasta Islandia, hasta tierra firme... En esos momentos podía haberme transformado y haber cantado mi canción, pero estaba demasiado cerca. Si paraba me cogería. Tenía miedo y no sabía cuanto faltaba para llegar hasta Islandia. Entonces algo me envolvió, algo que brillaba se posó en mi cuello. Parecía una luciérnaga, pero... ¿bajo el agua? No podía ser. Entonces grité, quizás eso fue lo que me salvó, o quizás no... Todo lo que había a mi alrededor fue desapareciendo, cada vez las cosas eran menos nítidas y se oscurecían. Después, todo era oscuridad...
Alguien: ¡He chica! ¡Despierta!
Alguien: Calla ya Lidia, déjala descansar...
Lidia: Pero abuela... Han pasado dos días desde que la encontramos en la playa, ¡y aún no ha despertado!
Abuela: ¡Mira está abriendo los ojos!
Luchia: Donde... ¿dónde estoy? ¿Quiénes sois?
Lidia: Estás en Islandia, te encontramos en la playa. Yo soy Lidia, y esta es mi abuela Clara.
Luchia: Yo soy Luchia.
Miré a aquellas dos personas que no había visto nunca. Lidia era alta, de pelo negro y rizado y de mi edad, sus ojos eran marrones y parecía una de esas personas que casi no tenían paciencia. Clara era muy diferente. Apenas parecían abuela y nieta. Ella tenía el pelo blanco, era más baja y sus ojos eran azules. Parecía buena persona y eso hizo que me relajara. Seguía sin saber lo que había sucedido, pero una parte de mi no quería saberlo.
Tenía frío, más frío de lo normal. Se notaba que estaba en un país tan al norte.Cogí el collar con mi perla y lo abrí. Allí estaba mi perla rosa. Suspiré de alivio y me levanté de la cama.
Clara: Ponte esta chaqueta. Es de Lidia pero no le importa prestartela, ¿verdad?
Lidia: Pues claro que no me importa dejarle mi chaqueta a una DESCONOCIDA que encontramos en la playa.
Luchia: Gracias.
Me puse la chaqueta y mis botas rojas. La chaqueta era de pelo rosa y llevaba una capucha del mismo color. Demasiado rosa en mi opinión. Me gusta el rosa, pero no tanto.
Me miré en un espejo que había en la habitación. Estaba muchísimo más delgada y tenía el pelo sucio. No sabía que hacer, si quedarme en Islandia, o volver al mar, así que decidí que me tomaría un tiempo para decidir.
Clara: Tienes el baño preparado. Debes de tener hambre, así que también he preparado un poco de sopa. ¡Algo me decía que ibas a despertar hoy!
Luchia: Muchas gracias, de veras.
Lidia: ¿De dónde eres? ¿Cuándo vas a volver? Espero que pronto.
Clara: ¡¡Lidia!!
Lidia: ¿Qué? 
No pude evitar sonreír. No podía contestar a la pregunta de Lidia, aunque debía irme de la casa cuanto antes. Yo quería seguir en Islandia, así que debía de encontrar un trabajo. Sabía que con trece años nadie me contrataría, pero no perdía nada por intentarlo.
Me metí en la bañera y me alegré de ver mi cola de sirena de nuevo. Cuando salí me comí un plato tras otro de sopa hasta que me llené por completo, y eso me recordó a Hanon. ¿Dónde estarían todas? Seguramente en sus respectivos reinos. Después me acordé de Hippo y de como se habría puesto al ver que no estaba en el palacio. Terminé y me levanté. Les di las gracias a las dos y les dije que me iría de allí y buscaría trabajo en algún lugar cercano.
Clara: ¡Oh! ¡No! No podemos permitirte que te vayas así. Fuera hace frío y no encontrarás trabajo. Quédate aquí. A mí no me importa.
Lidia: ¿¡Qué!?
Luchia: ¡Muchas gracias! Me quedaré si a usted no le importa.
Lidia: ¿Mi opinión no cuenta o qué?
Lidia definitivamente que caía mal, muy mal. Sobretodo porque yo no le había hecho absolutamente nada y ella se portaba fatal conmigo. Como Karen con Rina al principio.
Clara: Tu habitación será en la que has despertado.
Me di la vuelta y fui a esa habitación. Desde allí podía oír hablar a Clara y a Lidia.
Lidia: ¿Te fias de ella abuela?
Clara: Parece buena persona.
Lidia: Igual que Charles el pescador, ¡y mira como acabó!
Clara: Esto es diferente, no creo que ella acabe robando en el banco.
Lidia: ¿Que no? Tú solo espera, es cuestión de tiempo.